Así, tal cual, nos presentamos este nuevo año. No somos nada originales, lo sabemos. ¿Propósitos para 2020? Seguro que tú cada enero tienes los tuyos. ¿Los sueles cumplir?
Mi consejo es que no enumeres una lista interminable ni te plantees metas imposibles. Sin embargo, sí que seas ambicioso en los deseos personales que tienes, que realices un plan de «ataque» y acometas las tareas evitando ser procastinador o demasiado indulgente contigo mismo. Al mismo tiempo, ni seas beligerante ni te fustigues con lo que no llegues. Eres un ser humano, lo estás intentando. Cuando tenga que salir, saldrá. Siempre que pongas empeño real y tus propósitos para 2020 sean factibles, aunque requieran cierto esfuerzo, lo lograrás. O lograrás lo que la vida ha dispuesto para que nunca dejes de aprender.
Propósitos para 2020.
¿Apuntarte una vez más al gimnasio (o empezar a ser constante)?
¿Ponerte a dieta?
¿Buscar o cambiar de trabajo?
¿Ser menos cascarrabias?
¿No (mal)gastar el dinero en tonterías?
¿Leer más, estudiar algo que tienes pendiente, apuntarte de una vez a aquel hobbie para el que nunca tienes tiempo?
Saber parar, estresarte menos.
Te propongo que te lo plantees de otra manera:
1) Practica ejercicio un rato cada día, sin grandes metas, sin que sea una engorrosa obligación: cuando te venga bien haz algo que no te parezca penoso, desde andar cada vez más rápido hasta trotar o ir en bicicleta a trabajar. ¿Entre semana no te da la vida? Camina en lugar de coger el coche o el transporte público: te llevará más tiempo pero llegas a los sitios con otra actitud, con otra cara. Y en tus días libres le dedicas más tiempo. ¿Qué tal una caminata por el monte con amigos? Si combinas ejercicio con naturaleza y socialización, tienes la fórmula perfecta.
Busca los ejercicios que más te convengan y súmales unos buenos estiramientos y… lo más gustoso y no menos importante: una relajación al final, realizando respiraciones, que te hagan parar del todo, parar la mente, estar presente. No hagas gimnasia para verte bien sino para sentirte bien.
2) La palabra dieta no me convence por las connotaciones negativas que parece que conllevan: privación, esfuerzo, sufrimiento. Cambiémosla por hábitos saludables y conscientes. No elimines de pronto todo lo que has ido devorando el último mes, vete haciéndolo poco a poco: menos alcohol, el mínimo dulce posible, más variedad de frutas y hortalizas… y saborea la mejora paulatina; Cocina, huele, mastica, ¡come rico!
Elige bien los alimentos, tómate tu tiempo a la hora de comprarlos, aprende a disfrutar conociendo su procedencia y su forma de elaboración. Para mí la compra es un momento importante (varios momentos durante la semana, en realidad) y me lo paso bien, en serio.
3) Echar curriculums masivamente o quejarte de tu empleo actual no sirve de nada. ¿Por qué no replantearte qué trabajo podrías hacer mejor? Todos tenemos un talento, algo que nos apasiona. Apuesta por algo que te llene y donde no te importe meter más horas, que te satisfaga. Y ve a por ello. Probablemente no sea algo para lo que te hayas formado, pues ponte las pilas y cambia el rumbo.
Pasamos demasiadas horas trabajando como para hacerlo en algo que nos aburre o asquea. Y si te quedas donde estás (lo que sea: agricultor, maestro, dependienta, chofer o ingeniero…) acude a trabajar con buena actitud y aportando tu toque personal ya que haces que la jornada (y, por ende, tu vida) sea diferente, brilles y te quieran.
4) En lugar de quejarte por todo, acéptalo como es y, si puedes cambiar o mejorarlo, hazlo. Pero no te quedes lloriqueando. No te miento: cuesta mucho vencer el miedo, la pereza, la vergüenza. Pero merece el esfuerzo.
Practica la amabilidad. Por ti y por los demás. Sin quererlo, verás los resultados porque te será devuelta.
5) Realiza gastos conscientes, pensando en la utilidad de lo que compras, las consecuencias que ha tenido su fabricación, desde la manufacturación (que no provenga de personas explotadas) hasta su impacto medioambiental. Infórmate, lee etiquetas, comprométete. Recicla, reutiliza, intercambia, regala.
6) ¡Lee! Seguro que hay algún tema que te atrae, algún autor que escribe como te gusta. Leer te da una visión más abierta del mundo, mayor capacidad de crítica y mejora tu concentración. Vence la pereza y apaga el mando. Desconecta más el móvil. Ve al cine, al teatro, a ver un partido, a un museo. Hay tantas, tantas opciones, que no me creo que no te enamore ninguna.
Y recuerda que todos somos creativos, que tenemos alguna habilidad a veces escondida, un hobbie oculto: Desempólvalo, solamente por lo que te puede aportar en relajación/satisfacción/risas/conocimiento/motivación/distracción… ¿No crees que vale la pena?
7) ¡Huye del estrés, de cargarte de tareas innecesarias! Huye de huir. Y duerme, ¡descansa! Pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, así que buen colchón, buena almohada y buenos hábitos durante el día para conciliar el sueño de noche.
Eso sí, en cuanto te levantes… vive despierto y no atontado (a saber, acomodado, adormecido, instalado en la mediocridad). Planifica tu tiempo y reserva parte para ti.
¡Manos a la obra! Con consciencia…
Si nos pasamos la vida estudiando y actualizando nuestros conocimientos en cualquier materia, intentando mejorar el alemán, progresar en nuestro puesto laboral, obtener mejores marcas personales, dibujar mejor… ¿por qué no dedicar el mismo tiempo y energía a mejorarnos como personas? ¿Por qué descuidamos la relación con nosotros mismos y con los demás como si fuera una asignatura aprobada hace décadas y que no necesita de actualización o evolución? (Revisarlas, regarlas, mejorarlas, llámalo como quieras).
Consciencia social Olasagastiway.
Nuestros propósitos para 2020 pasan por ahí. Por intentar ser cada día un poquito mejores. Todo cambio empieza por uno mismo. Si quieres que tus relaciones mejoren, tu empresa crezca, tu vida sea más feliz, comienza por ti mismo. Parece que no es mucho. Sin embargo, lo es.
Por eso, como empresa, queremos también optar por este camino saludable. Queremos producir, sí. Queremos crecer, claro. Y no somos gigantes. Pero podemos poner nuestro granito de arena: creamos puestos de trabajo locales, ayudamos a deportistas vascos a desarrollar sus carreras (nuestro Olasagasti Team: equipo de basket, piragüista, pelotari y paratriatleta), colaboramos en la preservación de la vida marina, elaboramos un producto saludable de manera artesanal y te animamos a seguir hábitos nutricionales saludables.
Acepta como eres y cómo es la situación que te ha tocado vivir o las circunstancias que te rodean. Tolera. Torea. Sé amable, sonríe, echa una mano. Ama y ámate mucho. ¡Y aliméntate bien!
Si yo cambio, el mundo cambiará. Suena utópico e irrealizable. Y ¿qué es mejor? Quedarnos atontados delante de los debates de la televisión viendo que todo sigue igual y que los demás no hacen realmente nada para arreglar nuestra vida no es una opción muy esperanzadora. Tú eres el único capaz de cambiarla, de hacerte feliz. Arranca de una vez, despierta y toma las riendas de tu vida. Proponte una vida consciente. Y luego me cuentas porque compartirlo anima y ayuda mucho.
Y recuerda: Que la felicidad sea el camino, no la meta. Es decir, disfruta del viaje, de cada segundo, por duro que se presente a veces. Nadie dijo que fuera un crucero apacible.
Yo te prometo que lo voy a intentar con todo mi ser, en mi trabajo y en mi vida. ¿Me acompañas y remamos en la misma dirección?
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