General, No paramos!

Campaña muy floja de la Anchoa del Cantábrico.

01/07/2020
Salida de los barcos en la temporada de Anchoa del Cantábrico

Este año hemos tenido por desgracia una campaña muy floja de la Anchoa del Cantábrico. Un 2020 muy peculiar en todos los sentidos y que aún nos ofrecerá inquietud y sorpresas durante los próximos meses.

Empieza el verano más extraño de las últimas décadas y nuestra esperanza es que la economía vaya poco a poco recomponiéndose.

Nuestro sector siempre ha sido muy duro estamos acostumbrados a lidiar con la incertidumbre pero también con el compañerismo, la colaboración y el sentido común.

La anchoa del Cantábrico nada más llegar a nuestra fábrica de conservas Olasagasti.

La anchoa del Cantábrico nada más llegar a nuestra fábrica.

Fin de la campaña muy floja de la Anchoa.

A la «suerte» -porque este sector juega con muchas variables, el producto es muy especial, seres vivos que vienen y van- hay que añadir la irrupción de la crisis sanitaria debida a la Covid 19 que, como a casi todos, también ha influido de forma negativa a nuestra actividad.

El hecho de haber salido más tarde de lo normal a faenar, los arrantzales se encontraron con que la anchoa se había alejado y se había desplazado hacia el oeste. Además, este año no ha habido mucha anchoa grande. Y, para colmo, ni siquiera se ha conseguido pescar la cuota.

Un verdadero traspiés en un año incierto y muy duro. El haber permanecido la hostelería cerrada durante tanto tiempo no solamente le ha perjudicado a ese sector sino a todos los que proveemos habitualmente a bares, restaurantes, comedores, mercados de abastos y hoteles.

Entre la caída de ventas y la materia prima que escasea y encarece vamos a tener que sacar más fuerzas y empeño que nunca para desarrollar nuestro trabajo.

Pero tranquilidad: No desfallecemos, nuestro sector siempre ha sido muy duro estamos acostumbrados a lidiar con la incertidumbre pero también con el compañerismo, la colaboración y el sentido común. Y cuando tienes un día malo, miras el mar, nuestro precioso Cantábrico, respiras hondo y te dejas tranquilizar y mecer por las olas. ¿Qué más puedes hacer? Trabajar, unir sinergias, sonreír y comer bonito del norte y anchoas en conserva… de la buena 😉

Anchoa del Cantábrico Olasagasti delicatessen

A pesar de la campaña floja, nuestra anchoa del Cantábrico siempre de calidad.

 

 

Arranque de la costera de Bonito del Norte

Y como quien no quiere la cosa, ya tenemos los bonitos en las pescaderías. Los barcos llevan días faenando intentando olvidar la campaña de la anchoa y esperando recuperar la actividad a pleno rendimiento con la del bonito del norte. Por ahora se lamentan de que la hostelería aún no está funcionando normalmente y que no hay suficiente demanda: Es un hecho que contamos con un stock (fabuloso) de la campaña anterior debido a los meses en que aquélla ha permanecido cerrada. Tenemos que dar salida a la producción ya existente por lo que la cautela a la hora de comprar manda.

Las buenas noticias son que el bonito del norte ha llegado temprano y las capturas son cercanas. Esto ahorra tiempos y costes a los arrantzales. Las conserveras seguimos con máximo interés el inicio de la campaña y esperanzados de que sea buena en calidad y cantidad.

Una cosa es segura: nuestro mar, nuestra costa del Cantábrico, está rebosante de peces (otra buena noticia). Pero los tiempos mandan y el trastoque de calendarios a causa de la pandemia repercute en las faenas de una cadena de profesiones que viven de las especies de primavera y verano en las costas vascas y cántabras. Los peces no entienden de fechas, horarios ni confinamiento, ellos siguen su ruta siguiendo corrientes y temperaturas de las aguas. Y el Bonito del Norte está pasando ahora mismo cerquita 🙂

Puertos, barcos y conserveras, ya estamos al 100% esperando con los brazos abiertos al príncipe del Mar Cantábrico que goza de una salud envidiable.

 

El bonito del norte en nuestra visita al puerto pesquero de Getaria

Descarga de bonito del norte en el puerto de Getaria.

Y a nosotros, cada vez más, toca adaptarnos. A todos.

Y cuando tienes un día malo, miras el mar, nuestro precioso Cantábrico, respiras hondo y te dejas tranquilizar y mecer por las olas. ¿Qué más puedes hacer? Trabajar, unir sinergias, sonreír y comer bonito del norte y anchoas en conserva. ¡De las buenas!

Marta Olass

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