Paseando a escasos kilómetros de nuestra fábrica, bordeando el puerto, nos topamos con las rederas de Ondarroa arreglando las redes de las últimas capturas de anchoa del Cantábrico de esta semana.
Campaña muy floja de la Anchoa del Cantábrico.
Ya estamos despidiendo poco a poco la campaña de la anchoa. Este año no ha sido buena. Los barcos han salido tarde a causa de la Covid 19; La anchoa para entonces ya se había desplazado hacia el oeste y no había mucha anchoa grande. Resultado, ni siquiera se ha conseguido pescar la cuota y en general ha sido una anchoa pequeña para la conserva.
Una verdadera pena y un inconveniente más en este año extraño, incierto, triste y duro.
Las cosas están como están y no se puede hacer gran cosa por lo que sacaremos la mejor de nuestras sonrisas y disfrutaremos de todo lo disfrutable. Esto sí está en nuestra mano y yo lo tomo casi como una obligación. Honrar cada mañana el nuevo día y seguir avanzando.
Las rederas de Ondarroa.
Y en esto que dando un paseo por nuestro maravilloso entorno te das de bruces con la maravillosa estampa de las mujeres que se ocupan de reparar las redes de los pescadores de varios barcos: Las rederas de Ondarroa son las mismas, año tras año y, como nos cuenta Oihana, estas redes son las del «Kalamua», de Lekeitio, cuyo patrón es su hermano.
Maite y Guruzne son de Ondarroa y llevan toda la vida cosiendo redes. Se lamentan de no tener relevo generacional. ¿Quién sabe? Con lo que está cambiando todo hoy, lo que se han desbaratado nuestro estilo de vida y nuestros valores, y la transformación de la manera de pensar y vivir de algunos… quizás algunas profesiones vuelvan a atraer a jóvenes como ha ocurrido con los ganaderos y agricultores vascos y de otras comunidades (con ayudas de la Política Agraria) o productores de queso y cerveza por toda la geografía española, por poner un par de ejemplos.
Se están recuperado profesiones preciosas. Algunas un poco duras pero muy gratificantes. ¡Qué sorpresa tan bonita escuchar los testimonios de jóvenes pastores o ejecutivos que lo dejan todo para irse a trabajar el campo!
Pesca y profesiones del mar.
Puestos a pedir, ojalá tengamos una gran campaña del bonito. Y que la de la anchoa del año que viene vuelva a ser casi perfecta. Y que haya más mujeres interesadas en trabajos manuales (se nos da mejor a nosotras por nuestras manos pequeñas y ágiles) como la reparación de redes, la limpieza y fileteado de la anchoa (¡todo un arte!) y el proceso de salazón.
En el sector conservero el género en las diferentes profesiones está muy marcado. Los arrantzales y compradores en las subastas suelen ser hombres y los trabajos manuales de precisión los realizan las mujeres. En el puerto, eso sí, a los madrugones se apuntan todos: Aunque predominen los hombres (se realizan muchos trabajos de fuerza), hay encargados y encargadas, gerentes hombres y gerentes mujeres de las empresas «fresqueras» y limpiadores – limpiadoras. No sé si te parece bien o mal, me da igual, es así.
Y en las conserveras la mayor parte de los trabajadores son mujeres. En la nuestra, además, el 90% de la oficina (técnicas, comerciales, biólogas, comunicación…) somos mujeres y siempre ha reinado un ambiente jovial e igualitario entre compañeros: De respeto, de empatía y de colaboración. Vamos, que si hablas con el encargado del almacén o con la jefa de producción en lo último que piensas es en si es hombre o mujer.
Para nosotros esto es normal y nos llama la atención que en algunas compañías haya aún diferencia de trato y salarial dependiendo del sexo del trabajador.
Todo esto me viene a la mente en mi paseo y pienso en que me parece chulísima la labor de las rederas. Siempre he sido bastante patosa cosiendo pero casi todo se puede aprender, no? El pan ya me sale decente…
Marta Olass, Itziar Alberdi y Amaia Etxeberria. #OlasagastiTeam
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