Y ya estamos en octubre, cómo corre el tiempo. Asusta, ¿verdad? Y da la sensación de que algunos acontecimientos anteriores al confinamiento general en marzo ocurrieron hace siglos. Una locura todo lo que sucede a nuestro alrededor, a todos los niveles. Mantengo lo escrito en meses y post anteriores: mantener la calma y nuestro equilibrio mental es vital para afrontar todo ello. Además, yo me abro una lata de bonito del norte en escabeche para alegrar el otoño.
Un otoño que ha bajado las temperaturas de sopetón en el Cantábrico. Hemos pasado de sufrir calor en la playa a enfundarnos jerséis y calzarnos katiuskas de la noche a la mañana. Sin medias tintas. Pequeños mazazos cotidianos que vamos sorteando junto con noticias desalentadoras, puestos de trabajo en peligro, situación precaria en las escuelas y en la hotelería, medidas cambiantes…
Alternándolo con visitas al pueblo, una vuelta en bicicleta cuando escampa, un café al sol en una terraza con un ser querido, un menú goloso y un descorche en casa, una cena fuera con (pocos) amigos. Saboreando todo como nunca, agradeciendo los pequeños regalos de la vida, apreciando cada detalle. ¡Positivismo en vena!
Campaña del bonito de norte 2020.
La campaña del pasado verano, como casi todo lo demás, ha sido especial. Con muy buena calidad del bonito del norte pero muy corta en duración. La pesca de bajura se cerró antes que nunca y en los puertos cercanos a nuestra fábrica dejaron de aparecer en pleno agosto las hermosas piezas pescadas una a una en el Mar Cantábrico, que son las que trabajamos nosotros.
Los conserveros tuvimos que ponernos las pilas ya que los arrantzales iban llenando sus barcos cumpliendo cuotas a una velocidad vertiginosa. A ese ritmo, pronto llegaría el límite de pesca permitido cada año. Compras ágiles, aceptar los precios, tragarnos la incertidumbre de «qué pasará con el pescado comprado si la hostelería vuelve a cerrar», además de la complicada situación para todos sanitaria y económica. Y a mediados de agosto ya nos despedíamos de la campaña de 2020.
Unas semanas trepidantes pero fructíferas: de nuevo va a ser una producción de altísima calidad con la tranquilidad de haber hecho bien el trabajo, de saber que la población de los túnidos en nuestra costa es muy saludable y de que hemos podido trabajar sin grandes sobresaltos en la fábrica.
Y este es el resultado:
Bonito del norte en escabeche para alegrar el otoño.
Un bonito del norte espectacular en diferentes formatos para que puedas escoger el que mejor se adecue a tu situación. Para que en tu casa puedas olvidarte un rato del mundo y darle al cuerpo Cantábrico del bueno, rico en nutrientes, vitaminas y minerales. Y Omega 3, que todo nos va a venir la mar de bien para prevenir enfermedades, estar fuertes de cuerpo y de espíritu para todo lo que pueda acontecer.
Fundamentalmente, mantener una actitud positiva, que es lo que más nos va a ayudar.
Además de echar una mano a nuestros vecinos, al comercio del barrio, al bar de la esquina…
Cuidar de ti y de los que quieres. Por eso te decía que hoy me abro la lata de bonito del norte en escabeche para alegrar el otoño desapacible que nos ha llegado de golpe. Porque la alegría de dentro no me la roba nadie. Porque los pequeños placeres no me los pueden quitar. Porque soy feliz en este momento que me ha tocado vivir: con situaciones durísimas, con problemas que sortear… pero también con energía y ganas de avanzar.
En escabeche porque es un sabor alegre, como de aperitivo, suave y atrevido. Aunque tienes también en aceite o al natural, que según el día le doy a uno o a otro.
El cómo vivas tu día a día solamente depende de ti.
Yo por lo pronto me voy a alimentar bien y llevar unos hábitos saludables: Consumir conscientemente, salir de casa de forma segura y amable, hacer ejercicio y sonreír lo más posible son algunas acciones que ayudan.
Y tú ¿cómo llevas el otoño?
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