Que Olasagasti no vive sólo del mar Cantábrico ya lo sabes. Entre otras delicias elaboradas con esmero y mimo, estas salsas italianas son un condimento que, una vez que lo pruebas, no puedes vivir sin él.
Ya seas el experto en ensaladas de la casa o la reina de las legumbres del barrio, el toque especial que le dan estas tres salsas te va a encandilar. ¿El secreto de que sean tan apoteósicas? La calidad de los ingredientes y el elaborarlas in situ según las recetas tradicionales locales.
Las tres salsas italianas que Olasagasti prepara en Liguria:
El Pesto.
¿Sabías que se dice que esta salsa es afrodisíaca?
El pesto nace en Liguria. Ya se tiene constancia de su uso en la cocina allá por el año 800 y, desde entonces, se prepara exactamente igual.
Esta salsa fría, símbolo de la gastronomía genovesa pero hoy muy extendida, adereza platos de los cinco continentes convirtiéndose en una de las salsas más famosas del mundo. En cualquier caso, nunca comerás un pesto como el que preparan allí al momento.
Elaborar pesto requiere ingredientes de primera calidad y santa paciencia. También un mortero donde mezclar con movimientos seguros y envolventes albahaca fresca, aceite de oliva virgen extra, quesos pecorino y parmesano reggiano, piñones, ajo y sal gorda.
Nosotros lo preparamos en Liguria para ti porque no siempre se tiene albahaca fresca o tiempo de prepararlo. Para la clásica ensalada caprese, junto a ciertos pescados, en tapas o para el plato más clásico: pasta al pesto.
La crema de tomates secos.
Particularmente, siempre a mano. Una crema que puede desde potenciar una salsa de tomate casera, la coliflor o un potaje, hasta formar parte de una salsa o vinagreta. Yo acompaño con ella carnes, pescados, arroces, pastas, legumbres, huevos, marisco… ¡De todo!
En este blog ya tienes unas cuantas recetas pero un consejo muy de entre semana es añadir una cucharada al minestrone o a las lentejas como ha hecho Blanca. Alegras el plato de cuchara que da gusto.
¿El secreto de que estas tres salsas italianas sean apoteósicas? La calidad de los ingredientes y elaborarlas in situ según las recetas tradicionales locales.
La crema de aceitunas negras.
Es la que más éxito tiene en los aperitivos porque se utiliza como tapenade y, con sólo untar un trocito de pan, has conseguido un bocado muy rico.
Más allá de el simple mojado, yo la utilizo como salsa de multitud de platos; En todos aquellos donde colocaría unas buenas aceitunas negras. Así, siempre tengo el frasco abierto en la mesa cuando hay pescado (con la lubina al horno queda de vicio); Algunas verduras (a la escalibada le va de miedo); Un arroz hervido, con quesos, en los macarrones o en multitud de ensaladas como ésta a la que recurrir cuando no apetece meterse en fregaos: Tomate troceado, bonito del norte en escabeche, cebolleta en juliana y crema de aceitunas negras diluida en aceite de oliva virgen extra.
La de Olasagasti tiene la particularidad de gozar del original sabor que le dan sus ingredientes: aceitunas negras, aceite de oliva, orégano y vinagre de vino.
Tres opciones con mis tres salsas italianas favoritas de la despensa. ¿Con cuál te quedas tú?
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