Seguimos aprovechando los pimientos asados congelados, el otoño es ideal para cocinar con ellos. Después de la pasta del otro día hoy cocinaré la receta que prepara mi ama de pudin de pimientos y bonito del norte en conserva. Se la pido todos los años así que esta vez la dejo apuntada para no darle más la lata.
Os dejo con ella, mi madre, que detalla muy bien la elaboración de este plato tan sencillo como lucido y que yo solía llevar desde muy jovencita a reuniones en casas de amigos, triunfando siempre.
Los pimientos del Piquillo.
Estábamos en Septiembre y comenzaba la temporada del pimiento. En muchos lugares existe la costumbre del asado de pimientos en las plazas y mercados. En San Sebastián, donde yo vivo, varios jóvenes levantan carpas en una explanada de las afueras y se dedican a asar todo tipo de pimientos (morrones, del piquillo, entreverados, ecológicos) que traen de la huerta Navarra. El producto estrella es el Pimiento del Piquillo, conocido como el “oro rojo”. Hay varios municipios acogidos a la denominación de origen, entre ellos Lodosa y Andosilla. Es un verdadero placer para los sentidos acercarse hasta allí por su colorido y el delicioso olor que se desprende al asarlos.
Compro varios kilos, los pelo en casa y les quito las pepitas, luego los introduzco en bolsitas de plástico y los congelo.
En mi casa los pimientos se utilizan como guarnición para diferentes platos y ¿quién se resiste a un par de huevos fritos con ese sabroso acompañamiento?
Yo compro varios kilos, los pelo en casa y les quito las pepitas, luego los introduzco en bolsitas de plástico y los congelo. Precisamente ayer terminé la última que me quedaba del pasado año para preparar el plato que os explico a continuación.
No os asustéis. No es preciso tomarse todo ese trabajo. En el mercado existen muy buenas marcas. Yo os aconsejo que sean del piquillo y, a poder ser, de Navarra. Evidentemente no es necesario que sean enteros, ya que luego se pasan por la batidora. En cuanto a la calidad del bonito, también es importante que sea Bonito del Norte del Cantábrico. Yo utilizo unas latas pequeñas de la marca Olasagasti que tengo siempre a mano y me sacan de más de un apuro.
Y aquí va la receta:
Pudin de pimientos y bonito del norte.
Para 8 raciones aproximadamente.
- 6 huevos.
- Una cucharilla de café de levadura en polvo.
- 3 latas de bonito del Norte en aceite (120 grs cada una).
- 700 grs de pimientos del piquillo (equivaldrán a un par de tarros o latas).
- 200 ml de nata para cocinar.
- Sal al gusto.
Dorar unos dientes de ajo y freir los pimientos a fuego suave durante unos 10/12 minutos. Batir los huevos con la sal y la levadura e ir añadiendo el bonito del norte previamente desmenuzado. Lo mismo haremos con los pimientos cuando ya estén fríos o a temperatura ambiente.
Encender el horno un rato antes e introducir la mezcla en un molde de 25 cms de largo forrado con papel de horno. Llevarlo a baño María a 180/200º durante 1 hora aproximadamente. Cuando se haya enfriado se desmolda con mucha facilidad y se presenta en una fuente acompañado, si se quiere, de una salsa mayonesa. Se puede tomar frío o templado.
Tiempo de elaboración: 1 hora y media aproximadamente.
Receta familiar.
Esto nos ha regalado hoy mi madre. Es mucho mejor cocinera que yo y normalmente tira hacia la comida tradicional, sobre todo a base de verdura y pescado. Su cocina también tiene mucha influencia francesa, supongo que porque hemos cruzado mil veces la frontera e, incluso, vivió en ese país cuando era joven. También vivió en Londres, así que le dedicaremos a la capital inglesa este pudding, palabra adaptada al español como «pudin».
Como entrante o como segundo plato, el pudin de mi madre se ha convertido a lo largo de los años en una receta recurrente, muy socorrida. Nos la hemos pasado entre amigas, hermanas, tías, cuñadas… -parece ser un pastel muy femenino 🙂 Hemos llevado este pudin de excursión, de cumpleaños, de cenas multitudinarias… Y hoy quería compartirlo contigo de su mano, dejando a la ama teclear la historia, los ingredientes y la preparación. La pena es que no puedas también servirte una ración aunque te advierto que si sigues sus sencillas instrucciones, te quedará igual de rico.
On egin!
Marta Olass y Lierni.
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