Esperando la campaña del bonito del Cantábrico -aún faltan un par de meses- no dejamos de soñar y hacer realidad recetas con pescado azul. Este jugoso revuelto de bonito del norte y guindillas hará mucho más llevadera la espera y muy feliz tu cena.
Para esos días en que la comida ha sido copiosa y queremos tomar algo ligero antes de acostarnos, unos huevos revueltos son perfectos aliados. Proteína, poca grasa y buena digestión.
Ahora bien, este revuelto de bonito del norte y guindillas también es muy resultón como desayuno -aunque yo quizás las guindillas las dejaría para el aperitivo de mediodía: Por la mañana soy más de aceite que de vinagre. Pero vaya usted a saber, en Inglaterra o Estados Unidos se pegan unos desayunos de aúpa y no hacen ascos a los sabores más fuertes en sus revueltos mañaneros.
El revuelto será uno de los platos más internacionales. Los puedes pedir prácticamente en todas partes a cualquier hora del día. Desayuno anglosajón, cena mediterránea o muy recurrida tapa (esos bares en que te hacen el pintxo al momento con huevos de verdad, ay!). Pero no sé por qué en muchos sitios se les pasa, te los sirven demasiado cuajados o recalentados y ya no hay quien se coma aquello.
Hacerlo en casa es tremendamente fácil y rápido. Habrás hecho la llamada “tortilla francesa” infinidad de veces. Unos trocitos de chorizo previamente fritos y cuatro chips convierten la simple tortilla en una fiesta. Pero lo de hoy es otra cosa.
Hoy el bonito del norte y la guindilla, transforman el revuelto en plato estrella: El bonito -fresco en temporada, en conserva el resto del año– conjuga muy bien con el huevo y deja un sabor muy suave. La guindilla, le dará el toque guasón y picantillo. Yo no la complicaría más, aunque siempre puedes incorporar finas hierbas y cebolleta.
El revuelto de bonito del norte y guindillas debería ser plato fijo al menos un par de veces al mes. Produce un extraño efecto: De repente reina el silencio en la mesa y, pasados unos minutos, se alargan las sonrisas. Lo mejor de todo? Que es una receta que se puede improvisar: raro es el día en que no tengas huevos en casa. El resto… bendita despensa!
Revuelto de bonito del norte y guindillas para dos personas:
4 huevos
1 bote de bonito del norte de 190 g
6-8 guindillas en vinagre
Chorrito de aceite de oliva virgen extra y sal.
Revuelto, no tortilla
No vamos a batir los huevos sino que los introducimos enteros en un bol. A continuación, añadimos el bonito troceado (con las manos mismamente) sin desmenuzarlo demasiado, y las guindillas picadas. Echamos todo a la sartén a fuego no muy alto e iremos dando vueltas suavemente con cuchara de palo o de silicona para que el huevo vaya cuajando “cremosamente”.
Cuando el huevo deje de estar crudo -tiene que quedar una consistencia jugosa, lo babosa que tú la quieras dejar- el revuelto está listo.
Servir humeante con ensalada o disponerlo en trozos sobre rebanadas de pan a modo de pintxos. Daría para 4 hermosos.
Ya verás cómo te gusta! Y en verano puedes cocinarlo utilizando los ingredientes frescos como en esta otra receta.
Feliz cena, picoteo… o desayuno!
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