Desde finales del s XIX nos hemos dedicado por tradición familiar a la elaboración de semiconservas y conservas de pescado siguiendo desde entonces los métodos artesanales heredados del nonno Salvatore Orlando: La familia Olasagasti siempre volcada en las conservas artesanales de pescado.
La familia Orlando Olasagasti. De Sicilia al País Vasco.
A Salvatore lo mandó su padre a Getaria (Gipuzkoa) desde su Sicilia natal. Allí la familia vivía de la pesca y la elaboración de conserva de la anchoa. Una vez aquí, junto otros italianos en esa época, implantaron fábricas salazoneras en el norte de España. Una técnica milenaria que en el País Vasco y Cantabria entonces no era conocida y constituye hoy una de sus señas de identidad y la base de una importante actividad pesquera e industrial. Y es por aquella llegada repentina de sicilianos que hoy son tan comunes en esta zona los apellidos italianos de aquellos inmigrantes que se instalaron en el norte de España persiguiendo la mejor anchoa del mundo.
La familia Olasagasti.
Salvatore se casó con una vasca, Simona Olasagasti, una mujer elegante, muy de la tierra y de carácter, con la que tuvo 6 hijos. La familia, tras vivir y trabajar en Getaria durante más de un lustro acabó estableciéndose definitivamente en San Sebastián en los años 40. Salvatore abrió otras fábricas en la costa vasca (Ondarroa, Bermeo, Fuenterrabia, Laredo…) y diversificó la actividad industrial, convirtiéndose en el más relevante productor y exportador de anchoa del Cantábrico. Murió en 1995 en San Sebastián, después de haber visto nacer la marca que lleva el apellido de su fiel compañera.
La familia siempre ha permanecido vinculada al mundo de la conserva y a su expansión en Italia, donde las conservas de pescado de calidad también son altamente valoradas y donde Ignacio, uno de los hijos de Salvatore, se instaló en la década de los 50 –concretamente en Génova- creando una empresa importadora de los productos que se producen en España.
Ignacio falleció en abril de 2020 en Génova, a punto de cumplir los 88 años tras una vida dedicada a su familia, a la conservera y a sus muchos amigos que le siguen echando de menos, tanto en Italia como en España.
Hoy su hijo Matteo Orlando -en la fábrica de Markina (Bizkaia)- junto con su mujer Marta Mendia -al frente de la comunicación- y las hermanas de éste Cristina, Consuelo y Pilar -en la distribución italiana desde Génova-, forman la cuarta generación al frente del negocio. El Bonito del Norte, la Anchoa del Cantábrico, el Atún Rojo de Fuenterrabía y la Caballa del Cantábrico son sus señas de identidad.
Encontrarás más información en la web.
3 Comments
todo inicio es dificil pero el viaje al exito es asi…les DESEO LO MEJOR.
La fábrica de Salvador Orlando que aparece en la fotografía no corresponde a Getaria sino a Ondarroa.
Un saludo,
Salvador Ariztondo
Muchas gracias, Salvador. Efectivamente, es Ondarroa. Fue un error que pensaba ya estaba subsanado. Ahora lo corregimos. Un saludo y gracias por leer nuestros post.
Marta