No se me ocurre un plan más bonito y delicado que pasar una jornada con personas tan agradables y diferentes -amigos y desconocidos- que vienen de lugares dispersos, saboreando la naturaleza y delicias silvestres en Federica & Co mientras jugamos con flores prensadas.
Taller Silvestre
Mi amiga Alina co-creó el Taller Silvestre en Madrid, un espacio bello, muy bello. Un proyecto de artesanía contemporánea que apuesta por la belleza de la imperfección y el trabajo sutil hecho con las manos.
Recolectan plantas y flores para realizar composiciones florales y tintes botánicos para teñir tejidos naturales. También producen piezas únicas de cerámica. Y siempre con el bosque de fondo que se cuela por los grandes ventanales de su estudio, aunque se encuentre en el centro de Madrid.
Procesos largos, lentos. Observación, paciencia, delicadeza, artesanía….
Y yo me siento feliz por haber seguido en primera línea la transformación profesional de Alina hasta este mundo silvestre, pausado y tranquilo.
Arte silvestre en Federica & Co
Cuando Alina me llamó para participar en uno de sus talleres de bastidores de flores secas salté de la alegría desde mi escritorio. Para colmo de maravillas, el lugar donde se iba a desarrollar era un espacio abierto que me fascina: El jardín encantador de Federica & Co en Novales, Cantabria.
Fede, de origen italiano, cántabra de adopción, regenta este mundo bucólico que mezcla cocina y decoración: Muebles antiguos que rescata en sus viajes y restaura, piezas de menaje, mantelería, delantales, trapos y más cachivaches bellos, útiles, armoniosos.
Su casa invita a la conversación; A las comidas largas; A encapricharse por alguno de sus artículos; A echarse una siesta de dos días en una de sus tres lindísimas habitaciones; O a recibir un taller de cocina con producto local, italiano o de cualquier otro lugar pero respetuoso y sostenible.
Hace un año Fede cocinó para mí. Fueron tres platos memorables seguidos de una siesta y una infusión para poder digerir el empacho de guisos, historias familiares novelescas y un amor muy suyo, especial, que contagia alegría aunque algunos días sean tristes o muyyyy ajetreados. ¿De dónde saca esta mujer -que parece salida de un cuento- tanta energía?
Un taller floral y un brunch brutal.
Mientras los asistentes al taller escuchábamos embelesados bajo los naranjos las explicaciones e indicaciones de Alina, Zuri preparaba la mesa del almuerzo con el sello inconfundible de la casa: Imposible presentar una mesa con más exquisito gusto.
Alina nos invitó a detenernos en el momento, a observar la naturaleza como nunca antes lo habíamos hecho, a apreciar la belleza de lo imperfecto, a VER lo que tenemos delante de nuestros ojos pero no solemos percibir.
Federica & Co colabora en estas sensaciones ofreciendo un entorno súper agradable y tranquilo, rodeados de plantas y animales (a saber: su burro, su caballo, sus perros… son sus niños), y un ágape con productos que siguen su filosofía de vida: calidad, coherencia y sabor.
Ahí, entre quesos y embutido de diversos orígenes, plantó una tabla de madera con bonito del norte Olasagasti aliñado con aceite de oliva, vinagre y pimentón (bonito en salsa catalana, como la llamamos nosotros). Siguiendo un poco la línea del día, disfrutando de lo que nos da la naturaleza, y -como dice Fede- preocupándonos por los productos que consumimos: Que los peces o las conservas que compremos no sean fruto de pescas masivas que destrozan el océano y se cargan otras especies.
Bonito del Norte silvestre en Federica & Co
Allí estaba yo para explicar a Carmen, Margarita, Aldo, Teresa, Aitziber, Laura, Begoña, Sonia, Almudena, Raquel y Vero que el bonito salvaje que degustábamos era de la campaña de 2018, pescado uno a uno. Una pesca regulada y muy controlada que se realiza en el Cantábrico del País Vasco.
Justo ahora ha empezado la campaña de 2019. Viene fuerte, se ha pescado ya parte de la cuota permitida por lo que sospechamos que este año también terminará antes de lo previsto.
Como siempre, a través de las redes (Instagram y facebook, fundamentalmente) te iré mostrando las piezas y la elaboración en fábrica por las manos de las mujeres Olasagasti, en fresco, dato muy importante: Del mar al puerto; Del puerto a la fábrica para limpieza, cortado y envasado inmediatos y conservar así todas sus cualidades organolépticas, el sabor y la textura.
Felices, satisfechos y muy relajados nos despedimos todos. Una jornada silvestre y deliciosa dirigida por Alina con la inestimable ayuda de Nuria que esta vez no hizo pan (una pena) aunque bebe de las mejores fuentes panaderas de Madrid y se codea con los mejores artesanos del pan.
Las imágenes de este post son mías y de la fotógrafa Laura Arias, las más bonitas son suyas, obviamente. Gracias, amiga.
¡Si es que Olasagasti no puede estar en mejores lugares y entre gente más especial, como tú que estás leyendo ahora!
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