Hoy te preparo un plato sencillo que puedes dejar listo para cuando llegues a casa. La coca de calabaza y anchoas es una solución suculenta para estos días tan tan ajetreados. La dejas preparada y cada uno va picando según va aterrizando por casa. El que tenga tiempo que se aliñe una ensalada verde para acompañar; el que no, doble ración!
Preparándola, bastante rapidito tengo que decir, me viene a la cabeza la pissaladière que cociné hace un tiempo pero el resultado es bien diferente.
La receta de la masa la he pescado del blog Invitado de Invierno; Por favor, no mires sus fotos, a Miriam le sale perfecta! Pero para ser mi primera coca estaba muy rica, si bien el aspecto ha quedado muy… rústico.
La coca siempre la había comido en casa de mis amigas mallorquinas o catalanas. La verdad es que entre todas las masas que suelo preparar, ésta me ha parecido una bomba -puro aceite! Claro, así de deliciosa es. Sin embargo, para de vez en cuando, la coca se me antoja como un recurso magnífico, cambiando de verdura según la estación o lo que tengamos a mano. Además, utilizando aceite de oliva virgen extra da mucho menos remordimiento (y el resultado gana enteros).
Al lío, así he preparado la coca de calabaza y anchoas, siguiendo la receta de Miriam casi al dedillo.
Ingredientes:
- 150 g de aceite de oliva virgen extra
- 150 ml de vino blanco
- 1 cucharadita de sal
- 10 g de levadura de panadero liofilizada (o 30 g de levadura fresca)
- 450 g de harina de espelta
- ½ kg de calabaza
- 1 cebolla dulce hermosa (no está en la receta original)
- Sal al gusto
- Aceite de oliva para pincelar
- Pimentón dulce para espolvorear
- Comino o pimienta molida para espolvorear
- Ingrediente estrella (extra): 1 lata de filetes de anchoa del Cantábrico
Pongo los 5 primeros ingredientes en un bol y mezclo. Yo he amasado a máquina aunque puedes hacerlo a mano; no hace falta mucho meneo. La dejo levar, aunque no esperes que suba demasiado con tanto aceite.
Desgasifico aplastando sobre la encimera sin harina, con lo grasienta que es la masa no se pegará. La estiro hasta cubrir la bandeja del horno, intentando que llegue hasta los extremos de la misma -con escasa paciencia.
Pelo y corto la calabaza en rodajas -bastante irregulares en mi caso- y la cebolla en juliana. Coloco primero la cebolla y encima los trozos de calabaza sin miramientos, como caiga. Tengo que reconocer que yo lo he hecho con no mucha gracia por lo que, como siempre, te animo a que “te pringues” en la cocina aunque creas que no sabes cocinar. Si yo puedo, tú puedes. Por cierto, la cebolla me la he sacado de la manga porque no aparecía en la receta de Miriam.
Pincelo con aceite de oliva al gusto y espolvoreo con el pimentón y pimienta fresca, si te gusta. Miriam utilizó comino en lugar de la pimienta negra, pero yo he preferido prescindir de este ingrediente.
Cuezo la coca con la verdura durante 20-25 minutos en el horno a 210º (sin aire) / 190º (con aire), siempre siguiendo las instrucciones de Miriam. La saco y la decoro (decoro?) con los filetes de anchoa del Cantábrico. Devoro (devoro!). Las anchoas tampoco estaban en la receta original de Invitado de Invierno, seguro que le estoy dando una idea 😉
Los filetes de anchoa van a dar a esta coca el toque salado que necesita ya que la cabalaza y la cebolla son dos verduras muy dulzonas.
La harina de espelta es un acierto. Yo utilizo una semi-integral ecológica que compro en sacos directamente al productor porque utilizamos bastante en casa. Tanto la suya de trigo como ésta o la de centeno nos sienta mucho mejor que una harina refinada cualquiera.
Qué te parece la coca de calabaza y anchoas para despedir el otoño y dar la bienvenida al invierno en un par de días? Con el horno encendido y aromas ricos por toda la casa se lleva mucho mejor.
Y, en serio, aunque no seas artista como Miriam, tú también puedes hacer maravillas en casa. Quizás no tan tan bonitas pero sí riquísimas.
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