Hoy os traigo 4 platos para cuando estás enfermo, no porque vayan a curarte pero sí para que supongan una solución rápida y saludable cuando no estamos para cocinar y el reposo se alarga y se alarga.
Como lo estás ya sospechando, sí, estoy malita. Llevo dos semanas con la espalda bloqueada, sin poder realizar gran cosa y sin ser capaz de permanecer en la misma postura durante más de 15 minutos.
Mientras intentan averiguar qué y cómo se pasa esto y voy probando fisioterapeutas y quiroprácticos, mi doctora de cabecera me ha recetado un buen cargamento de medicamentos para el dolor. Éstos me permiten vivir sin aullar pero mi estómago se queja porque nunca había recibido semejante invasión química.
Esta situación debería hacerme recapacitar y entender que no siempre se puede andar a la carrera, haciendo demasiadas cosas cada día, teniendo tantas preocupaciones o responsabilidades en la cabeza. Al final nuestro cuerpecito se queja y el estrés ataca de la forma más inesperada. A mí nunca me habían dolido las dorsales y aquí me tienen semipostrada.
Sin embargo, aunque me lo intento tomar con calma, la ansiedad también está presente y hace que me atiborre de porquerías por puro aburrimiento; Más daño al estómago.
Suelo comer sola entre semana y esta situación de semi-invalidez puede provocar que lo haga de cualquier forma (mal) a cualquier hora, sin atender a vitaminas, minerales, proteínas, etc que, al fin y al cabo, también influyen -y mucho- en nuestra salud.
Estos cuatro básicos requieren de poco tiempo de preparación, unos 8 minutos de cortar, lavar, trocear o aliñar, depende el caso. La olla a presión o la cazuela hacen el resto. Recomiendo hacer grandes cantidades y repetir menú alternando los días y los aderezos.
PASTA AL PESTO
Hervir la pasta que tengas a mano y no complicarte lo más mínimo. En un vaso mezcla dos cucharadas de salsa de pesto con una de aove (aceite de oliva virgen extra) y otra cucharada del agua hirviendo de la pasta. Mezclar bien y aliñar la pasta recién escurrida.
No calientes el pesto en el microondas, el truco está en darle calor con el agua de hervir la pasta. Añades un poco de aceite de oliva virgen extra y tienes un aliño extraordinario y muy fácil de preparar.
LENTEJAS en frío
Recurro mucho a las lentejas ya sea en invierno bien calientes o en verano, en forma de ensaladas. Me encantó las que me preparó Tina, especiadas, con pepino y zanahoria y una lata de Ventresca de Bonito del Norte como colofón.
Las lentejas son de por sí un plato completo repleto de fibra. Si añadimos pescado azul en conserva y lo presentamos como ensalada, es tremendamente delicioso e incorporamos una buena cantidad natural de Omega 3.
LENTEJAS en caliente
Si sobran lentejas de un día para otro, mejor! Se pueden organizar menús muy variados con ellas y acompañarlas de otras sobras que tengamos por ahí. Las salsas italianas de tomate, pesto o aceitunas negras hacen el resto.
CREMAS DE VERDURA
En cualquier crema, legumbre, verdura, pescado, carne… las salsas italianas hacen maravillas y dan un toque mediterráneo perfecto a nuestros platos sencillos.
Plato extra, número 5. No podía faltar una clásica ensalada, la de toda la vida.
Lechuga, tomate y lomos de Bonito del Norte. De verdad, no he encontrado una ensalada más fácil 🙂
Y, cómo no, lo más cómodo, sencillo y rico del mundo mundial… las recetas Abrir y Zampar. ¡Menudo invento!
¿Qué te preparas o te preparan cuando estás pachucho/pachucha?
2 Comments
Marta, que te recuperes pronto. Muchas gracias por compartir tus recetas. Un beso.
Muchas gracias, Egiarte. Solamente que te pases por aquí ya me hace muy feliz.