Cada vez es más difícil encontrar fuera de casa una ensalada mixta de calidad, que merezca la pena. Utilizan a la pobre como comodín en cualquier menú del día barato. Y, salvo honrosas excepciones -que hay unas cuantas pero en el conjunto se quedan escasas-, encontramos hojas insípidas empaquetadas en plástico o lechuga variedad tiesa-iceberg envasada al vacío que por mucho aliño que le metas sabe a hierba. Si añadimos unos tomates de invernadero chungo, de ésos que con los ojos vendados jamás identificarías como tomate, cebolla fuerte que te hace guiñar los ojos, tallos de espárragos inmasticables y un atún negruzco, apaga y vámonos. Agarra pan del día y embutido local que saldrás ganando. Desgraciadamente, es lo que ofrecen en muchos garitos.
Yo te animo a recuperarla en tu dieta, pero hecha con mimo, por favor. El éxito de este plato radica en la calidad de la materia prima. Es preferible dejarte guiar por los productos de huertas cercanas y conservas de calidad. En las ciudades grandes, a falta de huerto, existen maravillosas tiendas de todas las procedencias y mercados donde comprar alimentos de óptima calidad.
No Comments