Y qué más puedo decir del gran Lorentzero? Ya conté muchas cosas sobre él en el exitoso post sobre nuestra amistad. No nos conocimos por redes porque faltaba mucho para que las inventaran. Entonces todavía leíamos libros y periódicos de verdad, ahora nos paseamos con el kindle y el mini iPad. Tuvimos una Vale que se caía a trozos y ahora conducimos cada uno su Scoopy que pincha aquí y allá, todo hay que decirlo. De ir con los amigos a la hamburguesería Va Bene pasamos a cenar en sociedad gastronómica. De tener muchas horas libres a buscar un hueco imposible para un café. Y del pelo cardado y jersey anudado a la cintura, a tener varios niños colgando de ella -ya los llevamos a Va Bene 😉 Pequeños detalles…
Sin embargo, en la cocina no hemos cambiado mucho. Nos siguen gustando los platos sencillos y la materia prima excelente. Cuando le pedí un plato ligero veraniego, de ésos por los que mis amigas mueren para mantener los kilos a raya, me preparó esta receta en medio periquete. Me encanta el detalle de los corazones de tomate; Fue un placer comerlos, una textura muy agradable.
CORAZONES DE TOMATE CON QUESO FRESCO Y BONITO OLASAGASTI.
Esta es mi primera colaboración en el blog de Conservas Olasagasti, blog del que me siento partícipe. He asistido a su nacimiento como un padre primerizo -que lo único que puede hacer es estar ahí- y he sufrido el parto como una madre que pide tarde la epidural. Ahora estoy orgulloso de él como si fuera mío.
Aquí os dejo mi propuesta:
INGREDIENTES:
-50 grs. de queso de Burgos.
-2 tomates de ensalada.
-1 lata de bonito Olasagasti de 120 grs.
-Sal, aceite de oliva virgen extra y pimienta recién molida.
ELABORACIÓN:
En esta receta hemos aprovechado los interiores de los tomates (las pepitas), sobrantes al haber hecho tomates confitados con la pulpa.
Lo primero que hay que hacer es añadirles sal y aceite y dejarlos reposar en un plato hondo; mientras tanto preparamos el resto de ingredientes: cortamos el queso de Burgos en tacos bastos y lo añadimos al tomate; luego escurrimos el bonito y lo colocamos en trozos por encima de la ensalada. Salpimentamos y listo para comer.
Una idea muy fresca que nos servirá de plato único ya que pide mucho pan para untar.
Yo me comí el cuenco de la foto y me chifló. Nos vendría bien cuidarnos echando mano a menudo de estos platos ligeros. (Y aprovechar los últimos tomates «de verdad» que desaparecerán con el verano). De todas formas confesaré que de postre sacamos el pan recién horneado y el aceite de I LOVE ACEITE y eché la dieta a perder. Como siempre. Ñam!
Marta Olass
2 Comments
Me parecen unas buenísimas conservas, yo suelo hacer el bonito en tarros en casa y el de ustedes lo he probado y esta bastante rico uno de los mejores que he probado después del mío claro.
Muchas gracias, Vicente. Nos han dicho muchas veces que nuestro bonito se parece al mejor embotado en casa. Seguro que el que Usted hace es delicioso.